Por: Valentina Pérez Botero
Twitter: @vpbotero3_0
“Por una soberanía alimentaria, México libre de transgénicos” dice la manta sostenida frente al Alto Comisionado para las Naciones Unidas en México (ACNUDH) por líderes de organizaciones campesinas, científicas y estudiantiles. La manta enfatiza su postura: fuera Monsanto.
El rumor de que las autoridades podrían autorizar las licencias para la siembra comercial de maíz transgénico detonó la exigencia de las organizaciones que se oponen a dicha aprobación que ocurriría durante las vacaciones de semana santa. Por ello, la Red en Defensa del Maíz, UNORCA -Vía Campesina, #YoSoy132Ambiental, entre otras organizaciones, entregaron una carta en la que demandan a la oficina del ACNUDH que “se pronuncie ante esta grave amenaza al país” que afecta “los derechos humanos de los mexicanos”.
Los permisos solicitados el año pasado por las empresas de la agrobiotecnología (Monsanto, Pioneer-DuPont y Dow Agroscience) para la siembra comercial de maíz transgénico en 2 millones de hectáreas al norte del país tienen, de acuerdo con estas organizaciones, afectaciones sociales, ambientales, en la salud y en la cultura del país.
Las organizaciones se vieron forzadas a recurrir a una instancia de las Naciones Unidas porque las autoridades federales competentes sobre la temática, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), se han negado a realizar un debate público sobre transgénicos en México.
Las organizaciones buscan que el Alto Comisionado se pronuncie sobre la misma línea del relator especial para el Derecho a la Alimentación de las Naciones Unidas, Olivier Schutter, sobre restablecer la moratoria al maíz mexicano para protegerlo de la contaminación genética causada por el maíz trasgénico.
