(22 de septiembre, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- “Cuando me detuvieron, los policías de migración me comenzaron a tocar, ‘tienes buenos los pechos’, me decía, yo tenía mucho miedo, me dijeron que me llevarían a un lugar para que me bañara, porque solamente estando limpia iban a querer jugar conmigo.
Decían que así daba asco, pero seguían tocándome ciertas partes del cuerpo, yo comencé a llorar y me golpearon, luego me llevaron a la Estación Migratoria Siglo XXI, sin comida y sin agua, los de migración ya no me hicieron nada, pero otros que estaban ahí me volvieron a tocar, me hicieron mucho daño y pensé que si no salía me iba a matar”, adolescente de 17 años de edad, proveniente de Nicaragua.
“Fui llevado al mando medio donde este me gritó junto con la oficial en turno, quien me dijo que me iban a llevar a un reclusorio donde sólo hay locos, a empujones me metieron a una celda de castigo, debido que me desesperé, para que me sacaran, comencé a cortarme las muñecas con pedazo de espejo que tenían la cartera, sangré mucho, un policía fue a verme pero sólo me puso alcohol y ahí me dejó”. Joven salvadoreño de 15 años.
“El martes 4 de septiembre alrededor alrededor de las 08:30 de la noche fui llevado a un cuarto de separación al que llaman “celda de castigo o calabozo” porque no quería dormir, un oficial de migración me preguntó ‘¿por qué no te vas a dormir, a qué hora te vas acostar?’ y como no me dormía me amenazó tres veces, diciéndome que me iba a meter en la celda y sin colchoneta.
Me llevaron a la celda donde ya se encontraba un joven hondureño que tenía dos horas de estar encerrado sin agua y sin colchoneta. Pedimos agua, pero sólo nos pusieron un vaso vacío cerca de un orificio, pero el botellón de agua estaba afuera estamos encerrados con candado”, joven salvadoreño de 17 años.
Según un informe del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdoba, realizado a la Estación Migratoria Siglo XXI, “como consecuencia de estas prácticas de encierro, según los estudios, algunos de los jóvenes dijeron haber sentido síntomas de depresión y ansiedad suficientes para desistir de la solicitud de la condición de refugiado, o solicitar su retorno asistido aun contra su voluntad”, esto también fue acompañado de pensamientos suicidas.
Le llaman la “licuadora de migrantes“, otros más la conocen como “la trituradora de migrantes“, centroamericanos, en su mayoría, pero también cubanos y africanos la han identificado de esas maneras. De diciembre de 2015 a mayo de 2016 se suscitaron tres decesos, los cuales dos se catalogaron como “suicidios”, sin que nadie realizara una investigación a fondo.
La estación migratoria Siglo XXI, ha sido denunciada por dar a los migrantes tratos inhumanos y practicar la tortura, los testimonios han sido dados a conocer por quienes padecieron los hechos, pero también por organizaciones sociales que han descalificado desde hace varios años a dicho sitio.
Siglo XXI es la estación migratoria más grande de América Latina, pero aún así padece sobrepoblación, problema invisible para las autoridades. Ésta se encuentra ubicada en la frontera sur del país, en Tapachula, Chiapas, municipio que se ubica a 45 minutos de la línea que divide al país con Guatemala.
El sur es la puerta de entrada de miles de migrantes, cruzar hacia México en aquel punto resulta fácil, estando ya en Ciudad Hidalgo, no así cuando los migrantes son detenidos en carreteras, caminos solitarios y vías del tren, es ahí donde son convertidos en automático en ‘culpables’, el delito pisar México por la necesidad de salir de la pobreza, la violencia y la muerte en su país.
“La forma en que nos tratan es peor que si estuvieran deteniendo al peor asesino del mundo, nos detienen y de inmediato los elementos de migración comienzan a golpearnos, no ponemos resistencia, al menos yo no la puse y comenzaron a darme de azotes en la cabeza y estómago, si les pides que paren, si les ruegas que por favor ya no te golpeen, lo toman como si los estuvieras insultando y te escupen, te dicen de cosas, te humillan como si fuéramos bestias”, comenta a Revolución TRESPUNTOCERO Enrique, un migrante proveniente de Honduras, quien logró salir de la estación migratoria Siglo XXI.
Enrique fue detenido cuando se encontraba en Pijijiapán, Chiapas, municipio cercano a Tapachula, asegura que los golpes, los insultos y la saliva cayendo en su rostro, fue lo menos violento que conoció luego de ser detenido por elementos del Instituto Nacional de Migración.
Quienes lo mantuvieron sin agua durante 24 horas y sin comida durante varias más, en su estancia en la estación migratoria Siglo XXI, “estaba deshidratado, nadie nos ayuda, y nos tenían hacinados, con el calor que hace en Tapachula (casi llega a los 40ºC). Te tratan peor que a un animal, por eso cuando te deportan al final es una suerte.
A muchos los golpean, a todos insultan, en México ser migrante es peor que ser narcotraficante y delincuente, pero luego dicen que nos llevan a la estación que nos tratan bien y niegan toda la violencia física y verbal que hay en nuestra contra. Ellos nunca hablan de cómo nos humillan, y las condiciones infrahumanas, los de migración de México parece que ganaran por maltratar migrantes“, afirma Enrique.
El caso de Enrique, es uno de miles más que han pasado por dicha estación, las denuncias de organismos de defensa de Derechos Humanos, han sido constantes y desde hace varios años.
Tal es el caso del informe del Centro PRO, que luego de entrevistar a 304 ciudadanos migrantes en estado de detención administrativa, denunciaron un claro caso de privación ilegal de la libertad causada, además, por prejuicios discriminatorios.
En 2009, al menos una cuarta parte de los entrevistados afirmó haber sido detenido por otra autoridad que no fuera el personal del INM, es decir, Policía Federal Preventiva, Policía Estatal o Municipal, Ejercito. Hechos, que según algunos testimonios obtenidos por Revolución TRESPUNTOCERO, siguen persistiendo en este 2016.
Los migrantes actualmente denuncian que al ser descubiertos por las autoridades migratorias, nunca han recibido algún tipo de atención médica, ya sea por enfermedades o por los severos golpes que padecen al ser detenidos.
En lo que concierne a la salud, la legislación nacional e internacional, la señala como un derecho inalienable, sin embargo una encuesta revela que el 60% de los migrantes detenidos no ha recibido visita médica alguna tras ingresar a la Estación Migratoria S.XXI.
Según declaraciones para Revolución TRESPUNTOCERO, el activista Luis Rey García Villagrán, comenta que dicha estación, es uno de los centros que han sido construidos para violar derechos humanos y cometer otros tratos crueles e inhumanos, donde “ultrajan por igual a mujeres y hombres”.
Tal es el caso de los señores de nacionalidad cubana, Roberto Gómez Mas y su esposa Misleydi Anaya Sosa, y la hermana del primero Idalmi Gómez Mas; quienes ingresaron a territorio mexicano y poco tiempo después fueron despojados de todas sus pertenencias, acto seguido los interceptó el personal del INM, y después de los trámites rutinarios los llevaron a la estación migratoria siglo XXI, donde se diagnosticó que Misleydi Sosa, tenía un embarazo de cinco o seis semanas de gestación, según el estudio USG obstétrico (documento poder de Revolución TRESPUNTOCERO).
El resultado clínico fue otorgado por el Hospital Metropolitano del Sur, de esa misma Ciudad, el cual fue corroborado con resultados de análisis clínicos en los Laboratorios Láser.
Sin embargo García Villagrán menciona que, el personal que encabezaba en su momento la delegada María de las Mercedes Gómez Mont Urueta, tenía conocimiento de la existencia de una receta médica de la estación migratoria que firmó el “Dr. Hernández”, en la cual no se adjunto su número de cédula profesional, pero la cual se expidió seis días después de dicho diagnóstico.
Donde le recetó a la paciente “ampicilina de 500 mg (documento poder de Revolución TRESPUNTOCERO). Tomar una cada seis horas por siete días”, es decir 28 tabletas. También existe otra receta médica con número de folio 5072282, donde se diagnostica: “embarazo de 7 SDG. Con amenaza de A”. También se lee en la receta Indometacina.
“Sin embargo al señor Roberto Gómez Mas, no se le informó y tampoco a su esposa sobre algún riesgo en el embarazo, finalmente no se le enteró sobre el aborto que se le practicó a su esposa en contra de su voluntad.
Lo que afectó mental y psicológicamente no sólo a la pareja, sino también la salud mental y emocional de la hermana de Roberto, que a la fecha tiene que ser atendida por profesionales ya que padece de insomnio, estrés agudo, zozobra, e incluso deseos suicidas”, comenta el activista.
Sobre el tema, el sacerdote César Augusto Cañaveral Pérez, Coordinador Diocesano de la Pastoral de Movilidad Humana en la Diócesis de Tapachula, comenta a Revolución TRESPUNTOCERO, que hoy en día, a la frontera sur llegan también los refugiados, quienes no saben cuál es en realidad su condición y se piensan migrantes, cuando han salido de sus países huyendo de la violencia.
“Nosotros recientemente abrimos un Centro de atención para migrantes y refugiados, no funciona como albergue, sino que damos información y al mismo tiempo sensibilizamos a la sociedad en general.
Muchos de los migrantes aseguran que vienen huyendo por la violencia de sus países y eso los convierte en refugiados. De septiembre a junio pasado recibimos poco más de 180 personas, cuyas principales nacionalidades son Honduras y el Salvador, ellos huyen de las Maras y persecución. Es muy crudo lo que cuentan, que es difícil de asimilar”, afirma Cañaveral Pérez.
Quien agrega, que en todas las historias ya ha habido muertos en las familias, el padre, la madre, los hijos, los abuelos, “ellos escapan cuando ya es imposible salvar su vida estando allá, su estado es crítico, y al llegar a México también son ultrajados”, comenta.
En un foro realizado por el día del refugiado, en Tapachula, Chiapas, autoridades del INM, aseguraron que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), brinda ayuda y asesoría a los migrantes que salen de sus países por hechos violentos, a su vez dijo que sin duda alguna siempre atienden todos los casos y otorgan soluciones. Contrario a esto, Cañaveral Pérez, menciona que “a la mayoría de los que piden refugio COMAR no les otorga el documento.
Todas las organizaciones deberíamos ir a las oficinas y preguntarles qué está pasando. Porque no es posible que no atiendan ni el 40% de los casos. Cuando deberían de recibir la atención por razones humanitarias, puesto que los migrantes aquí en México también ha sido víctimas de violencia”.
A su vez, asegura que la zona sur del país, es una frontera olvidada, por lo que el crimen y la violencia hacia los refugiados y migrantes ha aumentado, “pero también los nacionales le tenemos miedo a los elementos del Instituto de Migración, miedo a la policía estatal y principalmente a la policía federal quienes son los que mayor número de abusos han cometido en contra de los migrantes”.
Asegura que el Plan Frontera Sur, no ha servido para ayudar a los migrantes, por el contrario, la población migrante se siente acechada por las acciones implementadas. Asegura, que es una verdad que en México, al centroamericano se le ve “del hombro hacia abajo”, es decir, existe el racismo, xenofobia, así es como las autoridades, afirma, no están preparadas para dar hospitalidad.
En México existen 73 casas para migrantes, sin embargo, no todos pueden llegar a dichas posadas, puesto que los elementos del migración los detienen de manera violenta, sin darles oportunidad de contar por qué es que han decidido llegar a nuestro país, de inmediato y sin iniciar diálogo “ellos ya son delincuentes”, afirma Cañaveral.
Quien a su vez, menciona que los migrantes detenidos son llevados a la Estación Migratoria Siglo XXI, la cual afirma, “es una cárcel, peor a las que vemos en las películas. En cuestión de derechos humanos ahí no existen. Y si hablamos de derechos de infantes, también han sido suprimidos; los infantes también se encuentran en condiciones inhumanas”.
Cañaveral Pérez, reitera que en dicha Estación no existen los derechos fundamentales de seres humanos. Pone un ejemplo más y menciona que ahí las muchachas “son muy maltratadas, siendo la más grande en Latinoamérica, es también un foco de violaciones a derechos humanos. Además de esto dicha estación está sobre poblada”.
Según información del sacerdote, ahí habitan más de 900 hombres, mujeres y niños, “todos duermen en el piso, solamente tienen agua fría y los alimentos son de lo peor. También hay muchos enfermos, y aunque nosotros quisiéramos ayudar como iglesia, para atenderlos se necesita muchísimo dinero”.
Entre diciembre de 2015 y mayo de 2016, tres muertes ocurrieron dentro de las instalaciones de la Estación Migratoria Siglo XXI de Tapachula.
Las autoridades dieron a conocer que las dos primeras víctimas eran hombres, quienes cometieron suicidio y provenían de El Salvador, pero no se dio a conocer si se buscó a las familias de ambos.
En mayo pasado, un hombre somalí falleció víctima de una atención médica negligente, derivado de la misma desatención de las autoridades migratorias, quienes, aseguran los activistas, “a duras penas les dan agua y migajas, atención médica ya sería demasiado lujo”.
Por su parte Enrique, afirma que él se fugó, porque estar dentro de la Estación Migratoria equivale a estar en un penal, “sufriendo torturas físicas y psicológicas solamente por querer escapar de la violencia, luego me enteré que yo sí tenía el perfil de refugiado, porque salí de mi ciudad por la violencia, porque me amenazaron de muerte al no unirme a las Maras.
Pero las autoridades mexicanas ni conociendo tu historia y tu grito de auxilio se tientan el corazón. La Siglo XXI es un campo de concentración, por eso la gente se suicida, porque no quieren morir con un alto grado de violencia en su país, pero tampoco quieren ser maltratados como lo hacen los elementos de la S.XXI”, afirma el migrante.
El año pasado, la CNDH detectó distintas anomalías, las cuales podrían constituir violaciones a derechos humanos de migrantes en la Estación Migratoria “Siglo XXI”, esto luego que realizara un recorrido, el Quinto Visitador General del organismo, Édgar Corzo Sosa.
El funcionario de la Comisión, recibió quejas e inconformidades de las personas retenidas, a quienes se brindó la orientación jurídica procedente en los casos que lo ameritaban.
Los migrantes que se encontraban ahí, le expresaron su inconformidad porque “no se les permitió hacer llamadas telefónicas a sus familiares, además señalaron la insuficiente cantidad de alimentos y la lentitud en el proceso para acreditar su nacionalidad, además de agresiones y malos tratos por agentes de migración”.
Sin embargo, a decir por Cañaveral Pérez los malos tratos hacia los migrantes son persistentes, producto que no existe una preocupación por parte de las autoridades para frenar las violaciones a los Derechos Humanos.
Por el contrario, comenta que pareciera ser, cada vez más los migrantes son capturados, como si se trata de delincuentes y al mismo tiempo el nivel e intensidad de los malos tratos persiste.
Hasta el momento, la CNDH no ha emitido algún tipo de pronunciamiento como forma de presión, derivado de las muertes y las denuncias de tortura y tratos inhumanos dentro de la estación más grande de Latinoamérica.