(03 de mayo, 2016.Revolución TRESPUNTOCERO).- El ex líder de las autodefensas en Tepalcatepec, Michoacán, José Manuel Mireles Valverde, sufre de diabetes, hipertensión, no puede moverse con facilidad, hace tres semanas se le presentó un microinfarto y está preso en un penal federal de Sonora; pese a ello, las autoridades consideran que se trata de una persona de alta peligrosidad y por esa razón, le fue negado su traslado a su natal Tierra Caliente.
Desde hace meses, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, se acercó a la familia del doctor Mireles y aunque les confesó que no tenía el poder para dejarlo en libertad, al menos podía autorizar su traslado. Sin embargo, su administración también se opuso al cambio del ex autodefensa.
“Silvano estaba muy a favor del traslado. Yo hablé con él y dijo que sí, que apoyaba el traslado. En cuanto a la libertad comentó que no tenía poder en eso porque era (de índole) federal. Eso me lo dijo a mí y lo hizo público, se lo dijo a los reporteros, pero después el gobierno federal negó el traslado a Michoacán; y el que pudo haberlo autorizado es el gobernador, que al final desistió, porque dijo que no”, comentó Virgina Mireles Valverde, hermana del ex líder de las autodefensas.
La también médico comentó a Revolución TRESPUNTOCERO que ahora está en manos de un juez la autorización del traslado. Sobre la salud de su hermano, comentó, que “se encuentra estable. El viernes pasado me contó que tuvo una crisis porque se le había subido el nivel de azúcar, pero ya lo habían controlado y ya estaba más tranquilo”.
Desde hace casi un año, José Manuel Mireles se encuentra hospitalizado dentro del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 11, ubicado en Hermosillo, Sonora. Su hermana comentó que, “ya se para, y él dice que ya camina alrededor de la cama, pero no sale, no puede caminar mucho”.
El pasado 11 de abril, el titular del Órgano Administrativo Desconcertado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS), Eduardo Guerrero Durán, informó que el traslado de Mireles representa “un riesgo inminente” porque cuenta con las relaciones, contactos y medios económicos para lograr obtener beneficios en reclusión.
Inclusive Eduardo Guerrero presentó un estudio clínico-criminológico, titulado “El loco Mireles” donde justificó la negativa, argumentando que el doctor José Manuel Mireles presentaba: ansiedad, dificultad para las relaciones afectivas, egocentrismo, rigidez de carácter, tendencia a la fantasía, sobreestimando sus capacidades intelectuales y de estrategia política con afán de engrandecerse manifestando un ego social e intelectual en busca de reconocimiento y la obtención de poder.
Hipólito Mora Chávez, quien fue autodefensa en la comunidad de La Ruana, dijo a Revolución TRESPUNTOCERO que Mireles no es ninguna persona peligrosa y que en todo caso, quienes deberían estar tras las rejas son los funcionarios que convirtieron a Michoacán en un infierno.
“La culpa de lo que se vivió no fue de los autodefensas, sino de los malos gobiernos que tuvimos. Deberían liberar a Mireles y encerrar a todas esas personas que se coludieron con el crimen organizado. Ya basta de ensañarse con las autodefensas, que son gente pobre que está presa. Ya que reconozca el gobierno que ellos fallaron, que las personas se tuvieron que armar y tuvieron que hacer algo que no les correspondía, que es hacerla de policía. Entonces, ya que dejen a los autodefensas libres, que los dejen ver a su familia, a sus hijos”, comentó a este medio Mora Chávez, quien desde 2013 informó a las autoridades de los posibles nexos entre “policías rurales” y criminales, pero a cambio obtuvo un enfrentamiento en Apatzingán, en diciembre de 2014. La refriega dejó como saldo 11 muertos, entre ellos su hijo Manuel Mora.
Aquel episodio también le quitó la libertad a Hipólito, pero meses después pudo regresar a La Ruana y al campo, pues él es limonero. En un informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), publicado a principios de este año, el organismo detalló que estos grupos tomaron las armas “ante la inseguridad y violencia que imperaba en esas comunidades, producto de un actuar impune por parte de los integrantes de un grupo de la delincuencia organizada conocido como ‘Los Caballeros Templarios’, y la omisión de las autoridades en garantizar la seguridad pública”.
La CNDH detalló que a finales de 2013, el fenómeno cobró auge cuando algunos de estos grupos armados avanzaron a otros municipios hasta tener presencia en 33 de los 113 municipios de la entidad durante los primeros meses de 2014.
Durante tres años hubo diversos enfrentamientos que cobraron varias vidas; sumado a ello el Estado comenzó una “cacería” contra los líderes, y con ello hubo detenciones y acusaciones por parte de funcionarios de seguridad nacional. El 28 de junio de 2014, junto a 82 de sus seguidores, quienes están presos en Michoacán y Nayarit, el doctor Mireles fue detenido por portar rifles de asalto, de uso exclusivo de las fuerzas armadas.
“El movimiento de las autodefensas enfrentó el señalamiento social que algunos de sus miembros eran ‘delincuentes infiltrados’, llamados ‘arrepentidos’, o de tener vínculos con grupos de ‘delincuencia organizada’; la incriminación entre los líderes de los grupos generó rupturas y trajo consigo una confusión por parte de amplios sectores de la sociedad respecto a la licitud y la verdadera intención de algunos de sus miembros”, refiere el estudio de la CNDH.
Virginia Mireles negó que su hermano esté interesado en volver a la lucha armada porque la situación de Michoacán es diferente a la de hace tres años. “Él ha dicho que el levantamiento que hubo y que se necesitó en ese entonces ya pasó, porque ahorita el estado, aunque todavía existen problemas, las circunstancias –que hay que arreglar- son distintas. Él ya no va a ser partidario, él ya no va a regresar a tomar las armas o hacer lo que se hizo porque ya fue el momento. Creemos –como familia- que es una injusticia, porque las autodefensas estuvieron luchando, de la mano con el Ejército y la Policía Federal contra el crimen organizado, no contra el gobierno”, refirió Virginia.
Agregó que no sólo exige la libertad de su hermano, sino la de 380 ex autodefensas que se encuentran en diferentes penales federales de México. Finalmente, Hipólito Mora agregó que no entiende la decisión de mantener en Sonora a Mireles; agregó que si bien la inseguridad bajó, la situación de violencia permanece en Michoacán.
“Ya estuvo preso en el penal de Cumbres y es muy seguro, no sé por qué no quieren cambiar a Mireles. Sobre la situación, aquí ya está más relajada, pero no deja de haber personas armadas, en algunas partes hay peligro. Ya no sabemos a qué grupo pertenecen, pero sabemos que son criminales”, detalló Mora.