Se suele decir que el cerebro es el mayor de los órganos sexuales, y no se trata sólo de una forma de hablar: está demostrado científicamente.
Existen mujeres (y algunos hombres también) que son capaces de generar un orgasmo con el pensamiento, sin tocarse en absoluto.
Hay muchas maneras de alcanzar el clímax
Es posible llegar al orgasmo sin sexo (algunas personas lo alcanzan simplemente con los besos, por ejemplo, o al acariciarse los pechos o los pezones). Y no nos olvidemos de los sueños húmedos: orgasmos nocturnos sin ningún tipo de contacto físico. ¿Pero es posible llegar al éxtasis sólo con el pensamiento?
Poco común
La escritora científica Kayt Sukel ha estudiado esta cuestión en su libro Mentes Calenturientas: Cómo Influye el Cerebro en el Amor, el Sexo y las Relaciones.
La primera vez que oyó hablar sobre ello, no lo le dio ninguna importancia. ‘Pero empecé a hablar con la gente y de repente me encontré con que tenía un montón de amigos que podían hacerlo. Y me di cuenta de que es mucho más frecuente de lo que la gente piensa’.
Y los orgasmos que se tienen simplemente pensando no son muy diferentes de los normales. Barry Komisaruk de la Universidad Rutgers en Nueva Jersey, que estudia el orgasmo femenino escaneando el cerebro de las voluntarias durante el clímax (¡sí, has leído bien!), ha estado investigando sobre el fenómeno del pensamiento desde hace tiempo. ‘Vemos que las áreas del cerebro que se activan durante un orgasmo provocado por el pensamiento son muy parecidas a las que se activan con la masturbación’, comenta.
El poder del cerebro
Entonces, ¿el sexo está solo en nuestra cabeza? ‘Estamos aprendiendo la importancia que tienen el cerebro, los pensamientos y las fantasías’, dice Sukel, ‘y otros estudios muestran que simplemente pensando en tocamientos se activan las mismas regiones del cerebro que cuando realmente uno se toca’.
No es nada nuevo que tener fantasías sexuales puede excitarte, pero los investigadores se preguntan qué pasa exactamente en el cerebro cuando esos pensamientos llevan al orgasmo.
‘Una y otra vez, la investigación científica demuestra que no es necesaria la estimulación física para llegar al orgasmo’, añade Sukel. Resumiendo, cuando se dice que el cerebro es el mayor órgano sexual, no es una frase hecha. Es la verdad’.
Fantasías
Desde luego tiene sentido, sobre todo si lo piensas al revés. Al fin y al cabo, el cerebro puede ser también un aguafiestas cuando se trata de sexo. Sukel habla de personas que piensan demasiado y se distraen y en consecuencia no pueden alcanzar el orgasmo.
Pero lo contrario también es verdad. ‘Sé que el tener fantasías e involucrar al cerebro en ellas, hace que la mayoría de la gente alcance antes el orgasmo y que, en algunos casos, el contacto físico no sea necesario’.
El tener fantasías sexuales no es algo exclusivo del género femenino. ¿Es posible que el hombre alcance el orgasmo solo con el pensamiento? Parecer ser que sí. A pesar de que el pensamiento en este sentido hasta ahora solo ha sido estudiado en mujeres, tanto Komisaruk como Sukel afirman que varios hombres les dijeron que ellos también podían alcanzar el orgasmo con el pensamiento.
¿Lo puede hacer todo el mundo?
La pregunta más importante es si lo puede hacer todo el mundo. ¿Puedes entrenarte para conseguirlo?
Lamentablemente, desde un punto de vista científico, esto sigue siendo un enigma, ya que no se ha investigado lo suficiente. Pero Sukel y Komisaruk son optimistas. ‘La respuesta está ahí fuera’, dice Sukel, ‘es completamente creíble que todos tengamos esta habilidad pero que nunca hayamos aprendido a utilizarla’.
Komisaruk añade, ‘a pesar de que no hay todavía pruebas relevantes, sin embargo, algunas de las mujeres de la muestra afirmaron que eran capaces de estimular sus pensamientos orgásmicos mediante técnicas de yoga y meditación, como por ejemplo, imaginando impulsos de energía recorriendo su cuerpo. Por lo que parece probable que la gente pueda entrenarse para tener orgasmos con el pensamiento’.
Es una habilidad que puede resultar muy útil. Sukel propone un claro ejemplo: ‘Una buena amiga lo hace. Tiene un trabajo en una empresa y me cuenta que así sobrevive a largas y aburridas conferencias telefónicas en la oficina. Pone el micrófono en silencio y alcanza el orgasmo con el pensamiento’.
