La venta de Citibanamex, resabios del Fobaproa y la nueva campañita opositora

El anuncio que hizo Citigroup para poner en venta los activos y cuentas de la banca comercial administrada por lo que alguna vez fue Banamex, desató una oleada de especulaciones que evidencian el nuevo nado sincronizado del bloque opositor.

En su comunicado, la directora de Citi, Jane Fraser, explicó que la decisión de salir de los negocios de banca de consumo y banca empresarial obedece “a los principios de nuestra nueva visión estratégica”.

“México es un mercado prioritario para Citi, eso no va a cambiar. Anticipamos que México será un destino muy importante de inversión global y de flujos comerciales en los siguientes años y tenemos confianza en la trayectoria del país”, señala el comunicado donde se dio a conocer la venta de Citibanamex al mejor postor.

Esta parte del comunicado pareciera haber pasado inadvertida por buena parte de los columnistas especializados en temas económicos y políticos, quienes han tratado de posicionar la idea de que Citi abandona el negocio de la banca comercial en México por la desconfianza en el manejo económico del gobierno. Fieles a su costumbre como propagadores de la ruina, muchos “analistas” también han especulado que esta venta es síntoma de una salida masiva de capitales que afectará terriblemente a la economía mexicana.

Ante esta situación, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público publicara un comunicado aclarando la confianza que existe por parte de Citigroup.

“Consideramos significativa y relevante la postura que han externado respecto a que México seguirá siendo un mercado clave y un importante destino de inversión global, refrendando su confianza en nuestro país. Citigroup avisó oportunamente de su salida a las autoridades hacendarias de México; por razones de confidencialidad y para no causar especulación en el mercado previo al anuncio, Hacienda no lo hizo público”, señala el comunicado de la SHCP.

En 2021, Citi anunció que abandonaría el negocio de la banca de consumo en 13 países: Australia, Baréin, China, India, Indonesia, Corea del Sur, Malasia, Filipinas, Polonia, Rusia, Taiwán, Tailandia y Vietnam. Esta información, desde luego, no ha sido tomada en consideración por muchos analistas mexicanos que tratan de imponer la narrativa del desastre económico como la causante de la venta de Citibanamex.

El anuncio de venta, hizo que varios bancos se mostraran interesados en adquirir los activos de Banamex. Entre los interesados figuran bancos como Banorte, Santander, Scotiabank e Inbursa, así como el magnate Ricardo Salinas Pliego, dueño de Banco Azteca.

De los 162,000 millones de pesos que obtuvo la banca comercial en México, entre enero y noviembre de 2021 (la cifra más alta para un mismo periodo desde que hay registro), Citibanamex obtuvo ganancias por 18,113 millones de pesos, sólo por debajo de BBVA (53,618 millones de pesos) y Banorte (23 mil 787 millones de pesos) según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

Pero la historia sobre la venta de Citibanamex adquiere además, una dimensión histórica al revisar algunos aspectos fundamentales de cómo ha operado la banca en México luego de que el PRI y PAN se aliaron para aprobar el rescate bancario que los mexicanos seguimos pagando hasta la fecha.

En 1999, con la creación del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), la deuda original era de 601,341 millones de pesos. Para diciembre de 2020, la deuda del rescate bancario ascendía a 1.06 billones de pesos. Esto significa que en poco más de dos décadas, la deuda del rescate bancario se ha incrementado 176% a pesar de que se han pagado poco más de 2.3 billones de pesos sólo por concepto de intereses, cifra que representa más del 330% del monto original.

Por ello, no es de sorprenderse que durante 2021 el sector bancario en México registró ganancias 2,451% superiores (167,000 millones de pesos) a las que registró en 1998 (equivalentes a 6.607 millones de pesos) cuando la derecha aprobó convertir los errores de los grandes banqueros en deuda pública.

Una situación que se explica, en buena medida, por los altos cobros de comisiones en comparación a lo que sucede en otros países. Según datos del Senado mexicano, Citibanamex obtiene 33 % de sus ganancias en México por comisiones, mientras que en EE.UU. solo el 18 %. BBVA percibe 36 %, frente a 19 % en España. HSBC recauda 33 % de sus ingresos en México vía comisiones, mientras que en Gran Bretaña alcanza 25 %. Scotiabank logra 19 % de sus ingresos por comisiones en México, pero 14 % en Canadá. Santander obtiene el 39 % de sus ingresos en México por esta vía, frente al 20 % que percibe en España por ese mismo concepto.

El caso de Banamex es todavía más emblemático, debido a que en 2001, el gobierno del entonces presidente Vicente Fox, ayudó al banquero Roberto Hernández a evadir el pago de 35,000 millones de pesos en impuestos por la venta de Banamex a Citibank. Es decir, que no conformes con el rescate financiero, todavía le perdonaron impuestos a uno de los grandes saqueadores del país.

Los privilegios para el sector bancario han sido otra constante a lo largo de las últimas décadas. “La banca paga una tasa efectiva del ISR de 5.3%; las casas de bolsa de 4.34% o la minería de 5.51%. Un asalariado promedio paga un impuesto a la renta de 25.4%”, según datos del Servicio de Administración Tributaria publicados en junio de 2021. Es decir que un trabajador promedio paga cinco veces más ISR que un banco.

Esta situación de abuso sistemático, no está presente en los sesgados análisis de comentaristas preocupados por la fuga de capitales y el golpeteo político.

Por el contrario, la venta de Citibanamex debe servir para posicionar un tema gran tema pendiente en la transformación del país: acabar con los abusos de los banqueros y sus grandes fortunas financiadas por los mexicanos.

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