Margarita Zavala es el nuevo embuste que la repulsiva derecha mexicana busca convertir en el fraude 2018. El método de engaño y manipulación resurge, como lo ha hecho durante las últimas dos elecciones, siendo nuevamente las encuestas de un medio impreso las que “marcan la pauta”.
Era mayo de 2006, y el encabezado era “Rebasa Calderón a AMLO”, el periódico de las encuestas daba a conocer que Felipe Calderón había ‘adelantado’ a Andrés Manuel López Obrador, quien siempre encabezó las preferencias electorales.
En aquella ocasión, incluso con una campaña política que nació muerta, y que obligó al candidato del PAN a cambiar de publicidad y reestructurar su estrategia, Calderón de pronto llevaba 39% de preferencias de voto, contra 35% de un Andrés Manuel López Obrador que desde mucho tiempo antes había conocido la simpatía y empatía de la sociedad, no solo capitalina, sino a nivel nacional, posiblemente derivado del desafuero con el que Vicente Fox, lejos de deslegitimarlo, apuntaló su popularidad, hecho totalmente contrario al de un Felipe Calderón opaco y desconocido para gran parte de la ciudadanía mexicana.
Aunque, preciso es mencionar que la campaña del terror mediático ya se había propagado por todos los medios al servicio del poder oligárquico. Los spots en donde se hablaba de “AMLO un peligro para México”, habían inundado las ideas de millones de mexicanos mal informados y codependientes de seudo periodistas serviles de Estado.
En 2012, esta vez, con un candidato de derecha sí conocido, pero ampliamente señalado y rechazado por la sociedad, a Peña Nieto no solamente se le identificaba como un asesino, por sus acciones represivas en el Estado de México, puntualmente en la masacre de Atenco, sino también fue el único candidato, en la historia reciente del país, que logró conjuntar movimientos nutridos por miles de ciudadanos que salieron a las calles a rechazar su candidatura.
Sin embargo, en mayo de 2012, el mismo mes cuando el YO SOY 132 surge en una institución de educación privada, ante el rechazo de Peña Nieto y que con gritos de ‘Fuera Peña’ y “asesino”, provocaron la salida de éste por la puerta de atrás, (un hecho totalmente contrario a las miles de ovaciones en el mismo sitio para AMLO), las encuestas del mismo medio indicaban que Peña Nieto era poseedor de un 38% de las preferencias electorales, contra un 34% de López Obrador.
Esto, aún cuando en las calles tanto de la Ciudad de México, como del país entero la gente extremaba su rechazo hacia el PRI y hacia Peña Nieto. Los fraudes en ambas elecciones eran imposibles de disimular, sucedieron en las urnas, sucedieron en las calles, aprovechándose del hambre del pobre y la ambición del esbirro.
A dos años de las elecciones presidenciales de 2018, sin duda la última oportunidad de AMLO y la última del país para cambiar de dirección del país, nuevamente una encuesta del mismo medio posiciona a la posible candidata del PAN, Margarita Zavala, como puntera, superando a AMLO por dos puntos.
Afirmando que este resultado de 26% para ella y 24% se da, incluso “a pesar que López Obrador es el personaje que goza de mayor reconocimiento de nombre”.
Y así es como saben los mexicanos que la campaña de desprestigio, en bajo perfil, por medio de cifras, ha iniciado. La repetición de hechos coincide. Candidato puntero, con ventaja amplia sobre los demás, en semanas es desbancado -poco a poco- por otro, en este caso por Zavala, quien irónicamente o es desconocido o tiene antecedentes que fácilmente provocarían el rechazo para la sociedad civil.
Sobran los ejemplos. En efecto fue una primera dama de aspecto gris, pero el simple hecho de ser la esposa de un magnicida ipso facto la deja sin calidad moral para siquiera mostrarse en público. Ya que su principal característica es ser cómplice de uno de los hombres mayormente señalados nacional e internacionalmente (asesino).
Esposa de un presidente espurio, no solamente enmudeció ante las miles de muertes, desapariciones forzadas y torturas infringidas producto de la guerra en contra de un pueblo, cuyo disfraz siempre fue el combate contra el narcotráfico, sino también solapó a su prima Marcia Gómez del Campo, dueña de la Guardería ABC, en su calidad de presidente del DIF jamás hizo nada por los padres de los 49 bebés que murieron calcinados.
A su vez, madres de desaparecidos aseguran haber pedido una reunión con ella para hablarles de sus casos estancados y la desesperación que implica perder a un hijo en circunstancias desconocidas, y el diálogo jamás se dio. Zavala, jamás habló, en todo momento fue una mujer muda, cuyo principal trabajo como primera dama fue cambiar de rebosos.
Este domingo, después de todos los terroríficos antecedentes que significó la administración de su esposo, y que todos los mexicanos padecimos en mayor o menor medida, una encuesta la posiciona por encima del candidato puntero.
¿Eso puede ser posible? ¿Fueron extranjeros del otro lado de la Antártida quienes han respondido las preguntas? ¿fueron empresarios beneficiados en dicho sexenio quienes han asegurado un voto para la mujer, que como su marido ha tenido una carrera política gris e invisible?
Difícilmente se puede dar crédito a un resultado como ese, cuando los peores hechos violentos constatados en la historia contemporánea del país -antes de Peña Nieto- le preceden. Y evidentemente mantiene la misma ideología de Calderón, puesto que no es una candidata lejana a prestarse al fraude, al magnicidio, ya que no tiene visión independiente, por el contrario sigue manteniéndose bajo el resguardo de aquel ilegítimo del 2006.
Cierto es que la sociedad civil no es remotamente parecida a la de 2006 y está mayormente informada y despierta que en 2012, lo que no significa que no se dé paso a un intento de fraude. No se duda que la utilización del hambre seguirá siendo una constante de la derecha mexicana, pero ante una población harta y dispuesta a dar batalla, lo que resta son “los números, las cifras desalentadoras”, las encuestas y finalmente el PREP.