Marco Malvido / @MarcoMalvido
Alemania fue campeón por decreto de un poeta.
Fue con la zurda. Con una ‘M’ de por medio, como la de Maradona, como la de Messi.
No fue una ‘M’ argentina. Fue alemana.
Pero igual declamó poesía con un gol que valió un campeonato.
¿Pero qué importa la nacionalidad cuando es a través de una obra de arte como se define un Mundial?
Cualquiera merecía ganarlo. Argentina ganó su Mundial.
Seguro sienten el dolor que sentimos los mexicanos cuando Maxi Rodríguez enganchó aquel zurdazo en Lipzieg.
Higuaín lo tuvo. Messi también. La revancha quedó en el aire.
Alemania esperó. Controló la pelota. Asustó poco. Romero apenas se empleó a fondo una vez en los 90′.
La supuesta ventaja colectiva con la que llegó Alemania al partido, fue equiparada por el fuelle pasional de Argentina. Contagiada a grado tal por la tribuna, que se mandó un primer tiempo de campeón del mundo. No solo detuvo el poderío alemán en ataque, sino que se plantó cara a cara con Neuer. Higuáin chorreó el disparo en primera instancia. Apenas al arranque del segundo tiempo, Messi también tuvo un mano a mano en el que ajustó tanto su disparo, que se fue por afuera apenas por centímetros.
Las pulsaciones de más de 100 mil argentinos en Río de Janeiro parecían salirse de control. La gloria estuvo tan cerca, la sequía de 28 años sin levantar la Copa pareció borrarse por el nivel del equipo en los primeros 50 minutos. Pero después, Messi resintió la ausencia de Lavezzi, sacrificado por un Agüero fuera de ritmo. Argentina perdió ritmo y entonces el partido fue de Alemania, que no aceleró, fue poco a poco, sin arriesgar nada.
Sin diferencia en la trinchera, equiparados, cada uno con su forma. Argentinos y alemanes recurrieron a la prórroga para decidir el vencedor. Los penales pasaron por la cabeza de la gran mayoría, pero entonces apareció el fantasma de Novelis, poeta alemán de la época del romanticismo, con su legado, ‘ver en lo visible lo invisible, romantizar la vida’.
¿Qué coño?
A Mario Götze, de rostro infantil, le compararon con Messi los medios alemanes este año, luego de que el Bayern Münich lo llevó a sus filas procedente del Borussia Dortmund. Tiene 22 años y durante todo el Mundial fue criticado por la prensa germana porque fue ‘invisible’.
Entonces se hizo visible.
Con un gol de poesía. Un poema de gol.
Almohada en el pecho. Estampa para la posteridad.
(“Una posteridad más sabia que nosotros buscará cualquier noticia del pasado como si fuera una reliquia, y ni la vida de un solo hombre, por insignificante que esta sea, le será indiferente, porque en ella verá reflejada, con mayor o menor intensidad, toda la vida de una época”). Novalis.
Novalis fue un pensador profundo, aunque, por la brevedad de su vida, sólo dejó una obra fragmentaria. La carrera de Götze, el futbolista, es incipiente. Es un niño. Pero ya lo dijo Novalis, el poeta, “cada etapa de formación empieza con una niñez. Por eso los hombres más formados se parecen tanto a los niños”.
Götze es un hombre con cara de niño.
Y su nombre de pila empieza con la ‘M’ de Maradona y Messi.
Poesía en el Maracaná.
Alemania campeón del mundo.