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Suena extraño pero aquí va. Primero, Peso Pluma se llama Hassan Emilio Kabande Laija, heredero de una familia extranjera que migró hace más de un siglo al norte de México. ¿De dónde viene el apellido Kabande, poco común en este país? Se trata de un apellido popular en Belén, Palestina, y lo portaba por sus calles, allá por el siglo XIX, el señor Brichara “Demetrio” Kabande, quien es el tatarabuelo de Peso Pluma. Este señor Demetrio Kabande, se sabe, nació en Belén, lugar en donde también nació Cristo, y murió en Coahuila en 1907, poquito antes de la revolución mexicana. Nunca sabremos si entre sus pensamientos estaba el de imaginar a su tataranieto cantando sobre comandos armados y su afición a la champaña a sobrecosto.
El ídolo musical que hace no mucho sacó un temazo llamado “La Patrulla” tiene sangre árabe por la línea paterna, su historia proviene de tierras semitas y su familia habría llegado a México con las primeras oleadas de migrantes árabes a América Latina a finales del 1800. Se calcula que llegaron entre 2,000 y 3,000 palestinos a México para estas fechas, de acuerdo con la investigadora mexicana Camila Pastor, especializada en migraciones de Medio Oriente hacia América. Buena parte de nuestra cultura actual es el resultado innegable de la fusión con familias de otras naciones, por lo que la genealogía es clave para comprender el México del siglo XXI. El consenso de la época era que su tatarabuelo Brichara Kabande llegó como el resto, usando el novísimo Canal de Suez, estrenado allá por el año de 1869, y que permitió a los palestinos y otros pueblos cercanos expandirse a nuevos territorios, atravesando el Atlántico con su cultura en las maletas.
De Peso Pluma se puede encontrar en poco tiempo su pasado familiar en plataformas como Ancestry o Family Search (de la iglesia de los Santos de los Últimos Días), sólo hay que saber buscar. Los resultados públicos son los siguientes. El músico nacido en 1999 en Zapopan, Jalisco, mantiene el apellido original paterno, sin alteraciones por el idioma, el Kabande. Su padre se llama Hassan Kabande Toledo, su abuelo paterno se llamó Alberto Emilio “Beto” Kabande Escalante, su bisabuelo es Afif Kabande Hanania, nacido en 1897 en Belén, Palestina y fallecido el 29 de octubre de 1957 en Guadalajara, Jalisco; y ahora sabemos que su tatarabuelo es Brichara “Demetrio” Kabande, de origen árabe, casado, nacido en Belén, Palestina, en el año de 1862. Este último falleció en Saltillo, Coahuila, por lo que podemos señalar que la familia de Peso Pluma se trasladó desde Palestina hasta México poco antes de inaugurarse el siglo XX.
La presencia familiar de los Kabande apunta primero al norte de México y después, poco a poco, se irá desplazando hacia el bajío del mapa nacional, terminando con uno de los tataranietos de Brichara Kabande dedicado a los negocios y el corrido belicón. Esto nos deja ver la orgánica migración humana y sus asombrosos destinos; pero también permite entender la complejidad de lo que conocemos como Medio Oriente o Asia Occidental, en donde la migración y los problemas bélicos nunca han cesado. Si bien la familia de Peso Pluma migró durante los años en que el Imperio Otomano se estaba desmoronando, las migraciones palestinas a América no han cesado desde entonces.
Un ejemplo. Chile alberga a la comunidad palestina más grande fuera de Medio Oriente, con más de 500,000 descendientes reunidos en el país de Allende, el traidor de Boric y 31 Minutos. Buena parte de estas migraciones se debieron a la persecución y hostigamientos de palestinos cristianos en el siglo XIX por parte del Imperio Otomano, de corte musulmán. La mayoría de los palestinos emigraron a Chile pero, claramente, hubo familias que decidieron establecerse y crecer en otras naciones americanas. México, en este caso, fue testigo de la llegada de los Kabande, pero también de otras familias como los Nacif, los Salum, los Haddad, los Kuri, los Mansur, entre muchas más que hoy hablan un perfecto español sin olvidar sus raíces.
Gracias a un árbol genealógico de algún descendiente de esta familia Kabande es como podemos ver los rostros de algunos familiares de Peso Pluma. El tatarabuelo de Peso Pluma, Afif Kabande Hanania, es el hombre que aparece en la siguiente imagen. Sabemos que se casó a los 35 años el 29 de marzo de 1933 en la Ciudad de México, asegurando ser comerciante e hijo de palestinos, con la joven Eva Escalante Barbachano, de 18 años.
Dentro del banco de imágenes disponibles podemos observar cómo era la tatarabuela palestina de Peso Pluma. Hablamos de la señora Elena Hanania, nacida en Jerusalén, Palestina, alrededor de 1868 y cuya acta de defunción, curiosamente, está redactada en perfecto español, ya que la tatarabuela falleció también en México, en este caso por un asma crónico, en el estado norteño de Coahuila, un 9 de enero de 1932, a sus 64 años. Este y el resto de datos pueden leerse en línea, con un buen ojo al español antiguo, gracias a actas de nacimiento, matrimonio y defunción de acceso público. A continuación, una imagen de la tatarabuela de Peso Pluma, la señora Elena Hanania.
Las familias palestinas que llegaron a México entre 1880 y 1920 se caracterizaron por huir de los problemas tributarios y económicos de lo que era Palestina (en poder de los otomanos), por ser mayormente familias campesinas y comerciantes, y por elegir su ubicación cerca de Estados Unidos, principalmente asentados en los estados norteños de Tamaulipas y Nuevo León, Coahuila y más tarde expandiéndose a estados como el de Yucatán. Junto con ellos venían técnicas y prácticas comerciales y textiles bastante útiles para México y sus ciudadanos, por lo que la mayoría de estas familias árabes se adaptaron rápidamente a la realidad nacional (recordemos que muchos de ellos eran también cristianos). En la actualidad, alrededor del 10% de los negocios en sectores textiles y de comercio minorista en México son propiedad de descendientes de familias palestinas y libanesas. Todos sabemos qué familia libanesa es la que porta el título de la más adinerada en México.
Según el Instituto Nacional de Migración, se estima que la población de descendientes árabes en México, incluyendo libaneses, sirios y palestinos, asciende a más de 500,000 personas. De este número, alrededor del 10 o 15% son de origen palestino, lo que sugiere que podría haber entre 50,000 y 75,000 descendientes de palestinos en nuestro país. Reconocer la importancia de la migración y sus consecuencias culturales nos lleva a sorpresas inesperadas. Pensar que un ídolo del corrido mexicano a nivel internacional es descendiente de personas nacidas en el mismo sitio que Jesucristo no aporta mucho a la cultura general, pero sí a la historia genealógica, llena de pequeños detalles trascendentes que si no escribiéramos en textos como este simplemente pasarían al olvido.
Mientras Israel masacra al pueblo palestino con un tonelaje de bombas nunca antes visto por la humanidad, conviene entender hasta dónde estamos relacionados con estas familias árabes que han tenido que mudarse a diversos rincones del planeta. Interesante cómo una crisis y una guerra puede modificar tantas cosas, esperemos como mexicanos no tener que migrar por condiciones similares en un futuro próximo.
