Ciudad de México – Una nueva y controversial fuerza política ha entrado en escena en México: “México Republicano”. Esta organización, impulsada por ciudadanos estadounidenses con doble nacionalidad, Larry Rubin y Gricha Raether, ambos conocidos defensores de los intereses de Estados Unidos, ha iniciado su proceso para convertirse en un partido político nacional ante el Instituto Nacional Electoral (INE). La iniciativa ha desatado una ola de críticas y polémica, pues su alineación ideológica con el Partido Republicano de Donald Trump, y especialmente su respaldo a medidas extremas como la posible invasión militar de México para “combatir el narcotráfico“, ponen en jaque el Artículo 33 de la Constitución mexicana, que prohíbe a los extranjeros inmiscuirse en asuntos políticos del país.
Lazos peligrosos y un “Modelo Binacional” cuestionable
Larry Rubin
Presidente de la American Society y ahora “asesor general” de México Republicano
Gricha Raether
Exvocero del Partido Demócrata en México y actual secretario general del nuevo partido, son los rostros visibles de esta controvertida iniciativa. Aunque ambos poseen la nacionalidad mexicana (Rubin nació en la Ciudad de México y Raether es hijo de madre chihuahuense), su respaldo público a las políticas más radicales de Trump, incluyendo aranceles del 30% a productos mexicanos y la mencionada intervención militar, ha encendido las alarmas.
Raether, al ser cuestionado sobre una posible intervención militar, ha declarado:
“No es un tema de soberanía… ellos buscarán defenderse dado que el Estado aquí no hace mucho al respecto”.
Esta postura, abiertamente favorable a la política exterior de Estados Unidos por encima de la soberanía mexicana, ha sido calificada de “cínica” e “injerencista” por diversos analistas. Rubin, por su parte, calificó las amenazas de aranceles como una “alerta estratégica” y no una amenaza directa, a pesar de que la carta enviada desde la Casa Blanca a la presidenta Sheinbaum subraya la urgencia de acción.
La controversia se intensificó tras una cena el pasado 12 de julio, organizada por Rubin en honor al embajador de Estados Unidos en México, Roland Johnson. El evento, patrocinado por empresas del magnate Ricardo Salinas Pliego, reunió a figuras del conservadurismo mexicano como Ricardo Anaya, Lorenzo Córdova, José Ángel Gurría, José Medina Mora, y sorprendentemente, a funcionarios de Morena y del actual gobierno, incluyendo a Alicia Bárcena y Sergio Mayer. La falta de un pronunciamiento oficial por parte del gobierno de Claudia Sheinbaum sobre este evento ha sido notada por la opinión pública.

Los objetivos de “México Republicano”: ¿Una Derecha desenfrenada?
Juan Iván Peña Neder, exmilitante del PRI y fundador del extinto partido Redes Sociales Progresistas, es el presidente de “México Republicano”. Peña Neder, un abogado y político con una trayectoria diversa que incluye participación en el PRI, Partido Nueva Alianza y su papel junto a Manuel Camacho Solís, así como un pasado con escándalos legales, insiste en la legalidad de la participación de Rubin y Raether al ser también mexicanos: “Al menos no están señalados por la DEA”, ironizó.
La organización, que comenzó su trámite de registro ante el INE el 10 de enero, se define en sus redes sociales y página web como una “opción de derecha” que “reúne y coordina a la vanguardia conservadora, conformada por ciudadanos comprometidos con la seguridad, la familia y el progreso” de México. Se autodenominan el “primer y único movimiento político con visión binacional”, buscando construir representación política en ambos lados de la frontera.
Entre sus principios destacan la defensa de las clases medias y productivas, el conservadurismo social y el republicanismo filosófico. Su programa político busca “detonar la generación de riqueza, reestablecer la paz y la seguridad, fortaleciendo los derechos de propiedad y la libertad de los mexicanos”, proponiendo un modelo capitalista de centroderecha basado en la relación y comercio con Estados Unidos, y oponiéndose a los subsidios, apostando por créditos para un crecimiento económico superior al 4%.
México Republicano, que desde 2022 ha sostenido reuniones con grupos religiosos y empresariales, recibió el aval del INE para continuar su proceso de registro, lo que les permite iniciar la realización de 20 asambleas estatales con al menos 3 mil asistentes cada una, y la afiliación de 256 mil 30 ciudadanos para lograr el registro como partido en 2026 (aunque su objetivo es sumar un millón de afiliados). Su emblema es un águila de la república romana, acompañada de círculos concéntricos y grecas que llevan hacia la bandera mexicana, y tres estrellas que simbolizan “el baluarte de la triada minimalista del estado: vida, libertad y propiedad”.
Este proyecto, similar al impulsado por Eduardo Verástegui con su partido “Viva México”, mantiene una línea ideológica abiertamente favorable a Trump. La agrupación ha lanzado un guiño a los militantes del PAN, invitándolos a sumarse si “Acción Nacional ha renunciado o se niega a defender los valores que le dieron origen”. Peña Neder asegura que son el único partido que dice la verdad sobre su ideología y que tendrán “viabilidad en muchas regiones del país”.
A pesar de las dudas sobre su legalidad y legitimidad, y el cuestionamiento de si realmente hay mexicanos que se entusiasman con un partido “aliado de Trump, un agresor de México”, Peña Neder insiste: “Por miles, hay mexicanos que se entusiasman con esta propuesta… México es más amplio que su régimen”.