Por: Valentina Pérez
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Foto: Wikipedia
Sólo 14 días han pasado desde que las organizaciones campesinas, científicas y sociales marcharon contra la siembra de maíz transgénico en México; cuando Bill Gates, durante la inauguración de un nuevo complejo de biociencias en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maiz y Trigo (CIMMYT) en el Estado de México, se pronuncia a favor de su desarrollo y liberación.
En el evento participaron los dos empresarios más ricos del mundo, Carlos Slim Helú y Bill Gates. Este último dijo que su fundación “apoya la investigación en la creación de semillas utilizando diferentes herramientas, incluida la modificación genética”, y que son los países quienes deben evaluar la pertinencia y los riesgos de los transgénicos para considerar si liberan su siembra o no.
“Las técnicas de reproducción [de semillas] pueden no darnos lo que se necesita; por eso es importante que se exploren estas herramientas, sometidas a un proceso de revisión muy riguroso” continuó Gates. La referencia del empresario estadounidense a la ineficiencia de los sistemas tradicionales de cultivo ha sido rebatida por diferentes organizaciones como Científicos Comprometidos con la Sociedad, quienes aseguran que México posee la tierra, los recursos hídricos y la capacidad de tener autonomía alimentaria, sin la necesidad de los transgénicos.
Gates también apuntó “Nosotros estudiamos la tecnología, avanzamos y seremos capaces de liberar estas variedades cuando los países las quieran. Pero actualmente ninguna ha salido del CIMMYT”. Estas declaraciones coinciden con las peticiones que realizaron al final del año pasado tres empresas de la agrobiotecnología (Monsanto, Pioneer y Dow AgroSciences) para la siembra comercial del maíz transgénico en el norte del país.