Seguramente les ha pasado que tienen amigos del alma con quienes se sienten mejor que con alguien de su círculo familiar. Sin embargo, siempre llegará alguien para aclararles que no son parte de su familia y en esos momentos podrían preguntarse: ¿qué elementos se necesitan para ser parte de una? Las respuestas, déjenme contarles, son diversas.
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LA FAMILIA DE AMIGOS
Una familia es una unión de personas que comparten un proyecto de vida común, con intensas relaciones afectivas y en la que las personas adultas son responsables del cuidado y educación de hijos e hijas. Como ven, no es forzoso que esté constituida por una pareja heterosexual que tenga hijos de su misma sangre, pues lo importante es que procuren el mismo objetivo: cuidarse y amarse. No hay ningún modelo de familia que sea mejor que el resto.
Para cuestiones legales existen definiciones como “familia nuclear”, “familia ensamblada”, “familia en cohabitación”, pero para el día a día lo importante es que sepas quiénes conforman la que tú consideras tu familia, más allá de aquellos que te acompañan desde que naciste, por ejemplo, tus amigos, amigos de tus padres, padrinos y maestros.
Saber que cuentas con ellos, que te escuchan y te orientan es lo importante. Si un día crees que tú o alguien más no tiene familia porque sus padres murieron o no se frecuentan, piensa que quizá su familia existe, sólo que es diferente a otras.
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LAS FAMILIAS ARCOIRIS
La sociedad evoluciona y con ella el concepto de familia. Hoy en día cada vez más personas de orientaciones sexuales diferentes a la heterosexual patriarcal (donde el padre es quien manda) desean conformar una, aunque no puedan contar con el aval de un matrimonio legal.
Pero, aunque los documentos ayudan en cuestiones relacionadas con el patrimonio, ¿por qué no debería considerarse una familia aquella que está conformada por parejas de dos hombres o dos mujeres? ¿Ellos o ellas querrán menos a sus hijos si los tienen? ¿Su compromiso de pareja es diferente, menos comprometido? No lo creo.
Lo importante es que se promuevan valores, que haya cooperación, diálogo, unidad, apoyo. Eso sí conforma una familia, no la decisión sobre el sexo de la persona a quien amamos o nos protege desde que nacemos.
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LAS FAMILIAS BICULTURALES
Hasta hace poco no era tan común que hubiera parejas conformadas por personas de razas y nacionalidades diferentes viviendo en el país de alguno de ellos o de ninguno, pero ahora es cada vez más frecuente verlo.
¡Y es muy divertido tener una familia bicultural! Así es la mía y jamás me aburro, pues es muy importante lograr conciliar tradiciones, ideas, costumbres diferentes para llegar a un punto medio en donde los hijos se desarrollen teniendo lo mejor de ambos mundos.
Perder el miedo a lo desconocido es fundamental para disfrutar estas nuevas formas familiares, igual de válidas que las tradicionales. Quizá eres hijo único o tienes cuatro hermanas y ningún hermano. Posiblemente tu mamá es diez años mayor que tu padre o se divorciaron hace tiempo y ahora tienen una nueva pareja con la que han procreado otros hijos.
Todas esas y muchas más son opciones de familias que pueden ser funcionales. Lo más importante es reflexionar al respecto, abrir la mente y el corazón, desear sacarle provecho al hogar donde vivimos y no juzgar a los demás por sus formas de vida.