Rodrigo Rojo /@Eneas
(24 de Septiembre, 2013).- Dilma Rousseff, la presidente de Brasil, se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas que celebra su reunión número 68 en Nueva York esta semana.
Durante su comparecencia, habló del espionaje que Estados Unidos realizó en Brasil y que conmocionó a la sociedad del país sudamericano.
Dilma denunció que “datos personales de ciudadanos fueron objeto de intercepción indiscriminada; a su vez, información de empresas, de gran valor económico y estratégico, fue víctima de este espionaje”. Aseguró que algunas representaciones diplomáticas y la propia Presidencia vieron afectadas sus comunicaciones.
Para la mandataria, “inmiscuirse de esta forma en la vida de otros países hiere el derecho internacional y ofende los principios que deben regir las relaciones entre naciones, sobre todo hablando de naciones amigas”. De manera enérgica, Dilma Rousseff, señaló que “el derecho a la seguridad de los ciudadanos de un país no puede ser garantizado mediante la violación de los derechos humanos y civiles fundamentales para los ciudadanos de otro país”.
Después de aclarar que el gobierno brasileño continúa esperando explicaciones, disculpas y garantías de que tales procedimientos no se repetirán, Dilma advirtió que “Brasil redoblará esfuerzos para dotarse de legislación, tecnologías y mecanismos que nos protejan de la intercepción ilegal de comunicaciones de datos. Nuestro gobierno hará todo lo que esté a su alcance para defender los derechos humanos de todos los ciudadanos y proteger los frutos del ingenio de los trabajadores brasileños”.
La mandataria llamó a la comunidad internacional para que se inmiscuya en este caso, pues es de tal envergadura que trasciende la relación bilateral de ambas naciones. “Las tecnologías de información y comunicación no pueden ser un nuevo campo de batalla entre los Estados” y por eso la ONU debe de ser quien lidere el esfuerzo de regular el comportamiento de los países frente a estas tecnologías. Para esto, Brasil presenta cinco propuestas que van encaminadas a establecer mecanismos multilaterales capaces de garantizar principios básicos en internet, como:
- La libertad de expresión, privacidad del individuo y respeto a los derechos humanos.
- El control democrático multilateral y abierto ejercido con transparencia, estimulando la creación colectiva y la participación de la sociedad, gobierno y el sector privado.
- La universalidad, que asegure el desarrollo social y humano y la construcción de sociedades inclusivas y no discriminatorias.
- La diversidad cultural sin que importen creencias, costumbres y valores.
La neutralidad de la red, para respetar los criterios técnicos y éticos, volviéndose inadmisibles las restricciones por motivos políticos, comerciales, religiosos o de cualquier otra naturaleza.
La presidente también habló sobre las manifestaciones populares que ocurrieron en junio en cientos de ciudades brasileñas. Dijo que fueron “parte indisociable del proceso de construcción de democracia y de cambio social”. Su gobierno, aseguró, no las reprimió sino que las escuchó y comprendió pues el suyo es un gobierno que viene de las calles, “nos formamos en el cotidiano de las grandes luchas de Brasil”.
Desde su punto de vista, los manifestantes pedían más participación y seguir ahondando en las conquistas sociales. “Sabemos que la democracia genera más deseos de democracia, la inclusión social provoca necesidad de más inclusión social y la calidad de vida despierta la sed de más calidad de vida”, por eso, durante su mandato “todos los avances conquistados son siempre comienzos”. Su gobierno, según dijo, transforma la extraordinaria energía de las manifestaciones en logros para todos.