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En días recientes, el Presidente de México exhibió los datos sobre recursos económicos recibidos por la organización de la “sociedad civil” Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, creada por Claudio X. González y dirigida por María Amparo Casar. La principal propagandista de infundios, denuestos y campañas negras opera bajo el patrocinio de varios de los empresarios más favorecidos por el neoliberalismo y, particularmente grave, del gobierno de Estados Unidos y agencias ad hoc. No es nuevo en México. Pero su magnitud y alcance ha sido puesta en evidencia como nunca antes.
En ese contexto, presento un repaso de los orígenes y desarrollo de lo que se han llamado revoluciones de colores como un modelo de intervención política, que cruza lo legal y lo ilegal, en favor de los intereses de Estados Unidos y sus potencias aliadas. El caso de MCCI responde claramente a los lineamientos generales de acción de este modelo y comparte varios de los rasgos que dan forma a lo que genéricamente se llaman golpes blandos, que incluyen, siempre, guerra jurídica e intensas campañas de desinformación y propaganda.
La vía pacífica hacia la guerra
A principios de años noventa, en la entonces Birmania, hoy Myanmar, apareció un libro en birmano e inglés publicado por un difuso Comité para la Restauración de la Democracia en el exilio. El documento recomendaba una serie de estrategias y tácticas para llevar a cabo acciones políticas contra el régimen, luego del golpe militar de 1988. Un manual de operaciones “no violentas” para minar el poder y propiciar un cambio de gobierno hacia la “democracia liberal”. El panfleto era parte de la contribución clandestina de Estados Unidos en favor de Aung San Suu Kyi, quien había ganado las elecciones presidenciales sin poder asumir el poder. La campaña mundial en su favor incluyó el Premio Nobel de la Paz, aunque su contribución a la paz mundial siga siendo desconocida.
Escrito por el Dr. Gene Sharp, profesor de la Universidad de Massachussets y de Oxford, recoge la parte medular de su libro De la dictadura a la democracia. Una infraestructura conceptual para la liberación (1993). Activista él mismo y estudioso de Gandhi en su juventud, Sharp era ampliamente reconocido por obras como La política de la no violencia (1973) y otros más, dedicados al análisis de la eficacia de la lucha civil por la democracia. Fallecido en 2018, su última obra es Librar la lucha no violenta: práctica del siglo XX y potencial del siglo XXI, en el que desarrolla algunos aspectos que habrán de tomarse en cuenta en las futuras luchas civiles democráticas. La obra gira alrededor de la revisión de 23 casos de “éxito”, que incluyen a Serbia y a Ucrania como modelos.
Aquella publicación en birmano pronto sería editada en más de treinta idiomas y cientos de extractos y versiones comenzaron a circular por el mundo. La razón de ello es que la CIA ha utilizado el trabajo de Sharp para conducir sus revoluciones de terciopelo o de colores. Su modus operandi puede verse de cerca a través del documental Estados Unidos a la conquista del Este, de la periodista francesa Manon Loizeau, publicado en seis entregas en 2005.
El vínculo entre el académico de renombre y la inteligencia norteamericana ha sido negado siempre por sus adláteres, haciendo valer su innegable trayectoria académica, pues era sin duda un gran conocedor y analista de movimientos sociales en el mundo. Cualquier sociólogo o politólogo interesado en el tema encontrará en su trabajo un material invaluable de estudio.
Sin embargo, su obra no ha sido producto exclusivamente del interés académico, está directamente ligada a la Fundación Freedom House, una de las más añejas ramas “civiles” del poder político y think tank de la hegemonía norteamericana de la posguerra, con cuyo patrocinio Sharp realizó casi todo su trabajo. La fundación fue creada en 1941 con el objetivo inmediato de generar en Estados Unidos el consenso necesario para entrar en la guerra mundial y, en el largo plazo, promover los “valores” norteamericanos en el mundo. Desde su origen ha sido cuna de innumerables instituciones y organismos con fines, propósitos y agendas similares en un entramado planetario.
Años de un profundo y exhaustivo trabajo de investigación y análisis de infinidad de movimientos populares, alzamientos, rebeliones y revueltas en todo el mundo resultaron en una propuesta de intervención muy útil a los intereses hegemónicos de Estados Unidos. Es un modelo de acción dirigida hacia la exacerbación del conflicto social y la desestabilización de gobiernos “no amigables” con EEUU; un producto ejemplar de los centros académicos icónicos de Occidente en la producción de conocimiento para la intervención y el dominio político hegemónico. De la dictadura a la democracia sin bombas o, al menos, no con muchas. A pesar del discurso pacifista y civilista, casi siempre se organizan de manera paralela grupos de choque que eventualmente entran en operación bajo distintas fachadas en “apoyo” a los grupos pacíficos; la cooptación de grupos y sectores en cuerpos policiacos y militares son estrategias básicas del modelo.
El legado del Dr. Sharp quedó al resguardo de la Institución Albert Einstein, dedicada a la promoción de la lucha no violenta para la democratización del mundo, como se define a sí misma. La fundó junto con su amigo Robert Helvey, otro activo de Freedom House. Helvey era, además, veterano de guerra y operador de la CIA en el caso Irán-Contras, así como de acciones de contrainteligencia y contraguerrilla en Afganistán, Kirguistán, Siria y otros países. Un “pacifista” que durante una entrevista radiofónica sobre su experiencia en Vietnam expresó, entre risas: “los bombardeos de los B-52 son fantásticos”, después de describir las escenas dantescas de un campamento vietnamita arrasado. Este fue el fiel colaborador del pacífico académico Gene Sharp durante medio siglo.
Adicionalmente, el trabajo de Sharp ha dado frutos abundantes. Más allá de las casas madre -USAID, NED, IRI, entre otras- existen miles de organizaciones que trabajan bajo estos lineamientos generales, especializándose en asuntos y sectores específicos.
Un ejemplo: el Centro Internacional sobre Conflicto No Violento, fundado en 2002 por uno de sus discípulos, reúne y divulga contenidos en 70 lenguas y actúa en 100 países. Provee información que va desde relatos de experiencias de luchas no violentas y de resistencia civil, litigio jurídico estratégico y diseño de leyes ad hoc, hasta manuales para infiltrar instituciones, movilizar contingentes y actuar ante la represión con tácticas militares, por ejemplo. A pesar de que evidentemente maneja cuantiosos recursos económicos, afirma no tener patrocinadores. Sin embargo, desde su fundación ha estado dirigido por personajes vinculados a la comunidad de inteligencia norteamericana, incluyendo a militares, y a oeneges “pacifistas”. En su directorio actual figura, por ejemplo, Ivan Marovic, quien fuera líder juvenil serbio de Otpor, que defenestró a Slobodan Milosevic “pacíficamente”, luego del “bombardeo humanitario” sobre Belgrado y Kosovo por la OTAN, que incluyó bombas de uranio empobrecido. Como bien dijo Sharp y lo repitió la Nobel birmana, la no violencia no es un principio ético, sino un recurso estratégico de lucha. La violencia, por supuesto, también lo es.
El documental de Loizeau es revelador. Consigna la forma de operar de agentes de inteligencia de EU y sus redes conexas en la organización, financiamiento, dirección y operación de las revoluciones de colores y revela también la imbricación orgánica de estos movimientos en el mundo mediante gran cantidad de recursos transferidos por redes de organizaciones fachada. Su participación en el financiamiento, organización y entrenamiento del movimiento serbio Otpor (Oportunidad) en la “exitosa” deposición de Milosevic es innegable.
Soros is the mastermind and funder of all the colour revolutions we have seen in the last 50 years at least. Ukraine is no exception.
This man is evil to the core. pic.twitter.com/s8a3Xu5gMg
— Ignorance, the root and stem of all evil (@ivan_8848) October 2, 2023
Serbia es uno de ejemplos de Sharp que, como luego sucedería en Ucrania en 2014, han precedido a tomas de poder violentas y que se vuelven contra sus propios pueblos. Las transferencias de recursos mediante paraísos fiscales y empresas fantasma es una práctica común. MMCI, por ejemplo, no sólo ha recibido fondos del extranjero sino que ha transferido millones de dólares a empresas de sus directivos fuera de México, como demostró el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez.
La periodista francesa presenta en acción a personajes desconocidos que tras bambalinas tejen y destejen grupos y asociaciones, empresas y academias, periódicos y espectáculos, gobiernos y desgobiernos. Sin empacho hablan de sus trayectorias: Serbia, Líbano, Siria, Kirguistán, Georgia, Ucrania; y de sus objetivos: Rusia, Cuba. Sus “muchachos” más experimentados, reclutados entre aquellos que están “dispuestos a pagar el precio humano” -como dice el líder de Otpor en varias ocasiones a cámara-, rondan lo mismo sesiones clandestinas en tugurios de mala muerte en Rumania, que parlamentos, casas presidenciales europeas y oficinas de la Casa Blanca y el Congreso de EUA.
Vemos por ejemplo, cómo uno de estos personajes oscuros le da indicaciones a Mijail Saakashvili para responder a un reportero. Traidor a Eduard Shervardnadze y flamante Presidente de Georgia luego de la Revolución de las Rosas que lo defenestró, dirigió el país de 2004 hasta 2013. Después de dos guerras -Abjasia y Osetia del Sur- y múltiples crímenes, huyó a Ucrania donde fue nombrado alcalde de Odesa. Sí, un georgiano acusado por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos fue impuesto alcalde una ciudad ucraniana luego del golpe de Estado organizado por Victoria Nuland, entonces Subsecretaria de Estado de EEUU. Otro buen muchacho USAID.
Otro rasgo común es que en todos aquellos países donde oenegés y movimientos “pacifistas” han sido el centro de las revueltas sociales, de las sombras han aparecido grupos y organizaciones de diversas ideologías, generalmente radicales y extremistas, entrenadas y armadas, que son las que operan la toma real del poder. Siempre han sido apoyadas por facciones poderosas al interior del Estado y, por supuesto, por poderes extranjeros.
Ninguna cobertura mediática mencionó a “Sector derecho”, por ejemplo, durante esas manifestaciones juveniles del Maidán tan festejadas. Sin embargo, luego del golpe de estado, se convirtió en partido político de extrema derecha con postulados y simbologías neonazis, representación en el Congreso y puestos clave en el gobierno de Zelensky, incluyendo la seguridad del Estado, además de contar con un poderoso brazo armado que combate en el frente contra Rusia.
Al respecto, vale la pena revisar el reportaje del periodista Gabriel Gatehouse para la BBC en el que se muestra la presencia, aparentemente espontánea y desorganizada, de grupos neonazis en el “Maidan”. (Gabriel Gatehouse. “Neo-Nazi threat in new Ukraine”. BBC-Newsnight. 28 de febrero de 2014. En: https://youtu.be/5SBo0akeDMY).
En resumen, podemos identificar este modelo de operación en, al menos, los siguientes países europeos, mediante organizaciones de la “sociedad civil” vinculadas entre sí:
- Optor (Oportunidad) fundada en Belgrado, Serbia, en octubre de 1998. Al año siguiente, Belgrado y Kosovo son bombardeadas por la OTAN y en 2000 un golpe de estado “pacífico” derroca al presidente Slobodan Milosevic. Posteriormente, se forma el Centro de Resistencia No Violenta para difundir el modelo, sobre todo en Europa central.
- La Comunidad de Democracias, creada en Varsovia, Polonia, en junio de 2000. Funciona como centro logístico y de difusión para diversas organizaciones afines de varios países europeos de manera similar a Otpor.
- Zubr (Bisonte) fundada en Minsk, Bielorrusia, fundada en 2001, pero sus esfuerzos electorales y golpistas fracasaron es mismo año. Operan en la clandestinidad y se les asocia con las milicias ucranianas actuales que operan en la frontera rusa.
- Mjaft (Ya Basta), fundada en Tirana, Albania, en 2003, sin grandes éxitos hasta ahora, perece que sigue activa, sobre todo entre la comunidad de Kosovo en Serbia.
- Kmara, fundada en Tblisi, Georgia, en abril de 2003. Participa en la Revolución de las Rosas que lleva a Saakashvili al poder. Hoy resurge la oleada de protestas “pacíficas” en contra de una ley que exige transparentar el origen y cuantía de los recursos que reciben las oenegés locales, más de 20 mil. Un golpe mortal a su fachada de independientes y que ha recibido la condena, amenazas incluidas de los Estados Unidos.
- Porá (Ya es hora), fundada en Kiev en 2004, conduce la Revolución Naranja que instala a Yushchenko en el poder. Comienza una etapa de inestabilidad política y crisis económica hasta 2014, cuando una nueva Revolución Naranja destituye al presidente electo Víctor Yanukovich y comienza la guerra en el Dombás. Es probable que haya sido esta organización, financiada por Open Society, NED y USAID, la que invitó y recibió en Ucrania a quienes fueron candidatos de Movimiento Ciudadano Javier Maynez y Salomón Chertorivski, lo mismo que a Denise Dresser. No lo han aclarado.
Lo que es muy claro es que organizaciones como MCCI, México Unido contra la Delincuencia, Article19, entre muchas otras, están alineadas a agendas de la hegemonía norteamericana. La autoproclamada sociedad civil es bandera común de estos intereses. María Corina Machado y Xóchitl Gálvez son dos caras de la misma moneda. ¿Qué tanto de esos millonarios fondos entregados a MCCI fueron a dar a la campaña de su protegida?
Como en otra veintena de países, incluido los Estados Unidos, que ya la tienen, urge en México una legislación que regule la operación de estas agencias de intervención política extranjera. Siempre han sido el ariete, el caballo de Troya, del intervencionismo “blando” para debilitar soberanías, socavar gobiernos y, en su caso, derrocarlos. En México seguirán siendo la línea frontal contra el gobierno de la Dra. Claudia Sheinbaum, y el movimiento popular que la apoya, no para derrocarla, por supuesto, pero sí para minar su poder de maniobra en un contexto geopolítico mundial de extrema gravedad.
La campaña contra el Presidente tiene por objeto desvirtuar su mandato, mancharlo con una acusación absurda y falaz, y heredársela a la próxima mandataria. La agenda de seguridad continental de los Estados Unidos, con la creciente confrontación con Rusia y China, pasa por el socavamiento de las soberanías locales hacia un modelo a la europea, donde se le cede a EEUU la responsabilidad de la seguridad nacional. Argentina y Ecuador son casos extremos; para nuestro país, implica principalmente el control de drogas y armas, por un lado, y la inmigración, por el otro. Ambos son asuntos de seguridad nacional para EEUU. Sin embargo, nuestro vecino está acorralado: 156 países están en la fila para integrarse a BRICS -la ONU tiene 193. La mayor población y el mayor PIB del mundo se alejan de la esfera dólar, lentamente aún pero en un movimiento ineludible y en aceleración. Sin la economía mexicana y la inmigración buena parte de su economía se derrumba, lo que nos sitúa en una posición ventajosa en la mesa de negociaciones con el imperio agónico.
La fortaleza económica y financiera del país, su potencial de la nueva infraestructura instalada, su posición geoestratégica en el sistema mundo y, sobre todo, la incuestionable legitimidad política de la Presidenta electa nos permitirá sortear estos embates y fortalecer nuestra presencia y capacidad política internacional. Que así sea.
Twitter: @AlbertoSchnei13